El impuesto diferido se genera como consecuencia de las diferencias temporales entre el tratamiento del patrimonio del contribuyente según las directrices contables (ingresos, costes, gastos) y el tratamiento fiscal según las leyes tributarias vigentes. El impuesto de renta obtenido por la aplicación de la ley tributaria puede ser diferente al impuesto financiero calculado en base a las directrices contables, esta diferencia es lo que se conoce como impuesto de renta diferido, o impuestos diferidos.
Las diferencias en el tiempo, tanto temporales como permanentes, surgen cuando las actividades financieras de una entidad tienen efectos en ejercicios diferentes. Las diferencias temporales son aquellas causadas por actividades financieras que implican un impuesto mayor o menor en un determinado período y que puede ser compensado en periodos próximos; es decir, las diferencias temporales son subsanadas o revertidas con el paso del tiempo. Las diferencias permanentes son aquellas causadas por alguna actividad o situación que implican un impuesto mayor o menor y que no puede ser compensado en ejercicios futuros. Únicamente las diferencias temporales son las que constituyen los impuestos diferidos.
¿Qué clases de impuestos diferidos existen?
El impuesto diferido puede ser activo o pasivo. Se habla de un impuesto diferido activo (o débito) cuando el contribuyente debe pagar un mayor impuesto en un determinado período pero lo puede compensar en los períodos siguientes, se considera un activo diferido. Son las cantidades de impuestos de renta a recuperar en ejercicios futuros relacionadas con las diferencias temporales deducibles y con la compensación de pérdidas de ejercicios anteriores que no han sido deducidas fiscalmente.
Por el contrario, un impuesto diferido pasivo (o crédito) se da cuando el contribuyente paga un menor impuesto en un determinado período pero debe pagar el impuesto restante en los períodos siguientes. Son las cantidades de impuestos de renta a pagar en ejercicios futuros relacionadas con las diferencias temporales gravables.
¿Quién debe tener en cuenta el impuesto diferido?
El impuesto diferido debe ser considerado por los contribuyentes del impuesto de renta que estén obligados a llevar la contabilidad de su patrimonio. En el caso de las empresas, el impuesto diferido puede considerarse para llevar a cabo estrategias que aceleren la liquidación de pasivos y la recuperación de activos con objeto de obtener beneficios fiscales adicionales.